1Pe 2:12 NTV Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo.

Que no te importe lo que diga la gente por causa de tu obediencia, sino lo que Dios dirá de ti, delante de ellos.

1Pe 2:8 NTV Además, «Él es la piedra que hace tropezar a muchos, es la roca que los hace caer»*. Tropiezan porque no obedecen la palabra de Dios y por eso se enfrentan con el destino que les fue preparado.

Cuando Jesús nació...: Luc 2:34-35 NTV Entonces Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la madre del bebé: «Este niño está destinado a provocar la caída de muchos en Israel, pero también será la alegría de muchos otros. Fue enviado como una señal de Dios, pero muchos se...

1Pe 2:6-7 NVI Así dice la Escritura.: «Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado.» (7) Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa; pero para los incrédulos, «la piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular»,

Jesús es el cimiento del templo espiritual donde está la presencia de Dios. No lo deseches porque en ningún otro lado te encontrarás con Dios

1Pe 2:5 NTV Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. Además, son sacerdotes santos.* Por la mediación de Jesucristo, ustedes ofrecen sacrificios espirituales que agradan a Dios.

El sacrificio de expiación lo ofreció Cristo, el de todos los creyentes es reverenciar con sumo honor y respeto a Dios.

¿Cómo lo hacemos? Con cualquier forma donde manifestemos su grandeza y, a la vez, nuestra pequeñez.

Heb 10:22 NTV entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, (...)

Siempre habrá algo que nos acuse en nuestra conciencia, pero el sacrificio de Cristo es suficiente para cubrir la culpa de los ojos de Dios.