Dios está presente

Pero el Señor estaba con José y le extendió su misericordia… —Génesis 39:21

Viajar en autobús desde mi ciudad hasta donde viven mis padres, lleva habitualmente unas seis horas… a menos que el chofer te deje varado en una gasolinera. Esto les sucedió a 45 pasajeros que esperaron 8 horas durante la noche hasta que llegó otro conductor para reemplazar al que los había abandonado. Sin duda, estarían frustrados por el retraso, ansiosos por saber qué sucedería e impacientes para que los rescataran.

Tal vez José sintió lo mismo cuando terminó preso por un delito que no había cometido (Génesis 39). Abandonado y olvidado por todo ser humano que pudiera ayudarlo, estaba varado. Sin embargo, «el Señor estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia» (v. 21). Con el tiempo, el carcelero lo puso a cargo de los presos, y todo lo que José hacía «el Señor lo prosperaba» (v. 23). No obstante, aunque Dios estaba presente y lo bendecía, siguió preso durante años.

Quizá estés varado en la sala de un hospital, en una celda, en un país lejos de tu casa o en tu propia cárcel interior. Independientemente de dónde estés o de cuánto hayas estado allí, la misericordia y la gracia de Dios pueden alcanzarte y ayudarte. Como Él es el Todopoderoso (Éxodo 6:3) y está en todas partes (Jeremías 23:23-24), es capaz de protegerte, ayudarte y sustentarte cuando pareciera que nadie puede auxiliarte.

Reflexionemos y recordemos que Dios está presente… aún cuando nos parece que no.

Autores: Editores de Nuestro Pan Diario

Cómo deshacernos de la preocupación

1. Procure liberarse de todo lo que le impide hacer la voluntad de Dios (Mr. 4:19).
- Admita que ha pecado y ha hecho las cosas a su manera (Sal. 51:4).
- Entregue a Cristo el control de su vida, permitiéndole ser su Señor (Mr. 8:34–36).

2. Reconozca la presencia del Maestro en su vida (Sal. 18:2).
- El Señor es nuestra Vida (Col. 3:4).
- El Señor es nuestra Seguridad (Ro. 8:38–39).
- El Señor es nuestro Proveedor (Fil. 4:19).
- El Señor es nuestro Protector (Is. 41:10).

3. Elimine las frases negativas “no puedo”, “no debería”, “tengo que” y “debo”, que sólo producen preocupación (Sal. 13:2)

4. Cultive el contentamiento por medio de la oración. (Lc. 18:1)

5. Vea las situaciones que le producen ansiedad como oportunidades para desarrollar su madurez. (Fil. 1:6)

6. Confíe en que el Señor está dirigiendo su vida aunque las cosas no salgan como usted espera.

7. Tenga la expectativa que Dios producirá cambios positivos a pesar de que usted fracase.

Versículo clave para memorizar: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. (1 Pedro 5:7)

Autores: Esperanza para el Corazón

Dios siempre estará presente en nuestras vidas, recordemos que es FIEL y a pesar de los pecados diarios, lo malagradecidos que somos muchas veces...El seguirá presente porque es nuestro Dios, y su amor es incondicional. Solo aseguremos el corazón de buscarlo y dejar que nos hable y nos enseñe a travéz de las circunstancias que cada uno de nosotros pasamos. Todos pasamos valles y momentos difíciles..Pero Dios sigue presente aún en esas circunstancias. Disfrutemos de esa presencia y cambiemos lo que debemos cambiar.