[FONT="Verdana"][SIZE="3"][COLOR="Blue"][I][B]Mateo 13:36-43[/B]
36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.
39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.
40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.
41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,
42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
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[FONT="Georgia"][SIZE="3"][COLOR="DarkRed"]Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre

¿Vale la pena obedecer a Dios?

A veces parece que hay una salida más fácil, más rápida, más ventajosa, menos costosa, menos dolorosa, menos esforzada, que hacer lo que Dios nos pide.

Pero por la vida de Cristo que está en nosotros, nuestro más profundo deseo es obedecer a Dios. Así nos ha hecho Dios. El Espíritu Santo nos hace anhelar hacer la voluntad de Dios, y también nos llena de gozo cuando obedecemos, aún a costa de tener que atravesar una penosa tentación.

Una amargura desagradable nos invade cuando fallamos. Esa es la sensibilidad que nos da el mismo Espíritu para guiarnos en el camino. No prestar atención debilita la sensibilidad. Pero siempre el hijo de Dios necesita y desea volver a los brazos de Dios.

Él está siempre atento y dispuesto para levantar al caído, fortalecer al que está en debilidad, restaurar las fuerzas al que se ha cansado.

Podemos ser atacados, confundidos, engañados de diversas maneras, seducidos, acusados, desanimados. Muchas veces nos equivocamos, nos metemos en problemas, nos complicamos, elegimos mal, encontramos obstáculos, oposición, o arrastramos malos hábitos.

Pero siempre es mucho mejor obedecer. Hemos sido hechos para eso. Por eso valoramos tanto estar en paz con Dios. Ese es nuestro lugar. Dios nos hizo así. Vale la pena.

Gracias Señor, por esta naturaleza nueva que ha nacido en nosotros, que proviene de vos y te busca. Quremos que se haga cada vez más fuerte en nuestra vida, para agradarte y honrarte

[I][COLOR="Blue"]Efesios 4:17-24
17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.[/COLOR][/I]
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