verdaderamente estamos viviendo un evangelio humanista (o antropocentrico como diría un amigo mio) demasiado centrado en nosotros, en el hombre y su "infinito" potencial, en sus capacidades para lograr sueños y metas y expandir su visión, etc, etc, etc.
parece que la biblia se volvió menos necesaria (o menos clara pues por alguna extraña razón no habla mucho del potencial interno) así que dejamos de leerla o torcimos los pasajes para tratar de justificar esta visión engrandecida...