PARA EXPRESAR IDEAS, SENTIMIENTOS... Y ALGÚN QUE OTRO DESEO.
De la unidad
Enviado el 30-Jun-2016 a las 09:17 por Quim
Se habla mucho de la unidad. De hecho hay un montón de versículos que nos instan a cultivarla, pero cuando me pongo a observar al cuerpo de Cristo se me hace difícil ver algún retazo por aquí o por allá.
Puedo decir: Nadie es perfecto, y todos estarán de acuerdo conmigo. Luego puedo añadir: Necesitamos andar en amor, y todos aplaudirán, asintiendo. Es más, tacharían de loco al que se atreviera a contradecir tales afirmaciones u otras de índole semejante.
Entonces, ¿por qué abundan los bebés espirituales cuyo equilibrio se ve amenazado por una mirada rara de Fulanito, o un no-saludo de Menganito? ¿No hemos quedado en que nadie es perfecto? Puede que la mala mirada de Fulanito se deba a un ataque repentino de conjuntivitis, o a que haya dormido mal, o que tenga descomposición o a que, ojo, necesite ayuda- ¿No es triste? Fulanito pasando por algún apuro y yo ofendiéndome por su mala cara. Si no sé leer las señales YO estoy en un apuro.
Por otra parte, puede que Menganito no me haya visto. ¿No se supone que debemos andar en amor? Y eso, ¿no es pasar por alto las faltas de los demás? Lo más chocante es que algunos de esos bebes llevan, en algunos casos, diez años ó más en el evangelio. ¿En el evangelio? Yo diría que no.
No puedes ESTAR en el evangelio sin que tu vida se vea afectada por la forma de vida que ese evangelio promueve. Es imposible entender el amor de Dios o lo que es lo mismo, entender a Dios- sin que ello te lleve a tratar de imitar su manera de amar.
Y eso pasa, inevitablemente, por fomentar la unidad.
No digo entender a Dios refiriéndome a comprenderlo en su totalidad. Eso queda a años luz de mis sueños más osados. Pero si no soy capaz de reconocer el modo en que me ama, (que es incondicional, fiel, invariable) y no siento la imperiosa necesidad de intentar por todos los medios hacer lo mismo con los que me rodean, significa que no estoy adorando a Dios. Al menos no al Dios de la Biblia.
Alto ahí, -dirá alguno- todos reconocemos que Jesús es el Hijo de Dios, y a Él servimos y adoramos.
¿Si? Entonces, ¿por qué en mi ciudad, o en la tuya, hay diseminadas por doquier iglesias que, no es que no hagan nada juntas, no. Es que ni siquiera se hablan?
¿Qué podemos pensar cuando leemos Juan 17:21?
Nos asombramos al ver por la tele, o en youtube, iglesias de cuatro, cinco ó seis mil miembros y aquí nos daríamos con un canto en los dientes si pudiéramos tener una de quinientos. Mentalidad estrecha.
Fácilmente podría haber donde yo vivo una de mil miembros que, para empezar, estaría bastante bien. ¿Fácilmente he dicho? Aquí he pecado de ingenuo.
Primeramente se tendrían que poner de acuerdo acerca de qué línea doctrinal seguir. Y eso sería lo sencillo. No me quiero imaginar lo que se formaría para elegir al pastorguerra civil. Sí, mejor cada cual en su casa. Seguiremos hablando acerca de la unidad y el amor de Dios, con una sonrisa y llenos de buenas intenciones.
Los que estamos cansados de tanta hipocresía estamos de enhorabuena. Realmente el Señor, de un tiempo a esta parte, está derramando un espíritu de unidad en medio de todos sus hijos que les susurra al oído cosas que les hagan entender que el cuerpo, desmembrado, no va a ninguna parte. Que el verdadero poder reside en la unidad.
Llega una iglesia unida. Los peores temores del infierno están a punto de materializarse.
Llega una iglesia en la que los hombres van a pasar por alto sus diferencias, diferencias que toman un lugar inmerecido impulsadas por el orgullo del que se cree con la verdad absoluta, del que cree que es SU iglesia, y se van a centrar en lo que de verdad importa, lo que dice la Palabra.
En ese momento la iglesia podrá poner presidentes, hacer que se acabe la corrupción, exterminar la injusticia social, introducirse en las artes, en la cultura, en la economía; hacer que la paz y la justicia reinen de verdad y, mediante el testimonio de las cosas bien hechas, dar a conocer al mundo entero que hay esperanza y una manera de vivir la vida plenamente: Jesús.
Llega el Gran Avivamiento, para una iglesia unida.
Estas líneas no pretenden ser una crítica, ni es mi intención hacer un ejercicio de ironía. No ignoro el hecho de que cualquier cambio que desee ver, cualquier avance del que quiera formar parte, debe comenzar en mi interior, haciendo honor al compromiso.
Es, tan sólo, la expresión de una inquietud. Inquietud que lleva en sí misma el deseo de encontrar muchas inquietudes similares para hacernos saber que, en efecto, somos muchos los que oramos al Padre para que las obras de los hombres se derrumben, y que las estructuras e ideas arcaicas que en algunos lugares parecen tener tanto predicamento ardan, y se consuman, y desaparezcan. Estorban.
Ya está llegando. Somos muchos los que lo deseamos. Estamos entrando en el tiempo en el que la iglesia el cuerpo de Cristo- toma conciencia de quién es, de que forma parte toda la iglesia- de una unidad indivisible, y actúa en consecuencia. Lo hemos de ver.
Siéntete, para empezar, uno con tu hermano. No importa que piense o actúe de manera diferente a la tuya. Seamos maduros. Ama a todos, incluso a ése que te cae tan mal (primeramente a ése). Recuerda que el amor es una decisión. Jesús murió por ti, pero también por él. Fomenta la unidad teniendo como punto de partida las cosas que os igualan. Por ejemplo, el deseo de agradar a Dios.
Lo demás viene sólo
Puedo decir: Nadie es perfecto, y todos estarán de acuerdo conmigo. Luego puedo añadir: Necesitamos andar en amor, y todos aplaudirán, asintiendo. Es más, tacharían de loco al que se atreviera a contradecir tales afirmaciones u otras de índole semejante.
Entonces, ¿por qué abundan los bebés espirituales cuyo equilibrio se ve amenazado por una mirada rara de Fulanito, o un no-saludo de Menganito? ¿No hemos quedado en que nadie es perfecto? Puede que la mala mirada de Fulanito se deba a un ataque repentino de conjuntivitis, o a que haya dormido mal, o que tenga descomposición o a que, ojo, necesite ayuda- ¿No es triste? Fulanito pasando por algún apuro y yo ofendiéndome por su mala cara. Si no sé leer las señales YO estoy en un apuro.
Por otra parte, puede que Menganito no me haya visto. ¿No se supone que debemos andar en amor? Y eso, ¿no es pasar por alto las faltas de los demás? Lo más chocante es que algunos de esos bebes llevan, en algunos casos, diez años ó más en el evangelio. ¿En el evangelio? Yo diría que no.
No puedes ESTAR en el evangelio sin que tu vida se vea afectada por la forma de vida que ese evangelio promueve. Es imposible entender el amor de Dios o lo que es lo mismo, entender a Dios- sin que ello te lleve a tratar de imitar su manera de amar.
Y eso pasa, inevitablemente, por fomentar la unidad.
No digo entender a Dios refiriéndome a comprenderlo en su totalidad. Eso queda a años luz de mis sueños más osados. Pero si no soy capaz de reconocer el modo en que me ama, (que es incondicional, fiel, invariable) y no siento la imperiosa necesidad de intentar por todos los medios hacer lo mismo con los que me rodean, significa que no estoy adorando a Dios. Al menos no al Dios de la Biblia.
Alto ahí, -dirá alguno- todos reconocemos que Jesús es el Hijo de Dios, y a Él servimos y adoramos.
¿Si? Entonces, ¿por qué en mi ciudad, o en la tuya, hay diseminadas por doquier iglesias que, no es que no hagan nada juntas, no. Es que ni siquiera se hablan?
¿Qué podemos pensar cuando leemos Juan 17:21?
Nos asombramos al ver por la tele, o en youtube, iglesias de cuatro, cinco ó seis mil miembros y aquí nos daríamos con un canto en los dientes si pudiéramos tener una de quinientos. Mentalidad estrecha.
Fácilmente podría haber donde yo vivo una de mil miembros que, para empezar, estaría bastante bien. ¿Fácilmente he dicho? Aquí he pecado de ingenuo.
Primeramente se tendrían que poner de acuerdo acerca de qué línea doctrinal seguir. Y eso sería lo sencillo. No me quiero imaginar lo que se formaría para elegir al pastorguerra civil. Sí, mejor cada cual en su casa. Seguiremos hablando acerca de la unidad y el amor de Dios, con una sonrisa y llenos de buenas intenciones.
Los que estamos cansados de tanta hipocresía estamos de enhorabuena. Realmente el Señor, de un tiempo a esta parte, está derramando un espíritu de unidad en medio de todos sus hijos que les susurra al oído cosas que les hagan entender que el cuerpo, desmembrado, no va a ninguna parte. Que el verdadero poder reside en la unidad.
Llega una iglesia unida. Los peores temores del infierno están a punto de materializarse.
Llega una iglesia en la que los hombres van a pasar por alto sus diferencias, diferencias que toman un lugar inmerecido impulsadas por el orgullo del que se cree con la verdad absoluta, del que cree que es SU iglesia, y se van a centrar en lo que de verdad importa, lo que dice la Palabra.
En ese momento la iglesia podrá poner presidentes, hacer que se acabe la corrupción, exterminar la injusticia social, introducirse en las artes, en la cultura, en la economía; hacer que la paz y la justicia reinen de verdad y, mediante el testimonio de las cosas bien hechas, dar a conocer al mundo entero que hay esperanza y una manera de vivir la vida plenamente: Jesús.
Llega el Gran Avivamiento, para una iglesia unida.
Estas líneas no pretenden ser una crítica, ni es mi intención hacer un ejercicio de ironía. No ignoro el hecho de que cualquier cambio que desee ver, cualquier avance del que quiera formar parte, debe comenzar en mi interior, haciendo honor al compromiso.
Es, tan sólo, la expresión de una inquietud. Inquietud que lleva en sí misma el deseo de encontrar muchas inquietudes similares para hacernos saber que, en efecto, somos muchos los que oramos al Padre para que las obras de los hombres se derrumben, y que las estructuras e ideas arcaicas que en algunos lugares parecen tener tanto predicamento ardan, y se consuman, y desaparezcan. Estorban.
Ya está llegando. Somos muchos los que lo deseamos. Estamos entrando en el tiempo en el que la iglesia el cuerpo de Cristo- toma conciencia de quién es, de que forma parte toda la iglesia- de una unidad indivisible, y actúa en consecuencia. Lo hemos de ver.
Siéntete, para empezar, uno con tu hermano. No importa que piense o actúe de manera diferente a la tuya. Seamos maduros. Ama a todos, incluso a ése que te cae tan mal (primeramente a ése). Recuerda que el amor es una decisión. Jesús murió por ti, pero también por él. Fomenta la unidad teniendo como punto de partida las cosas que os igualan. Por ejemplo, el deseo de agradar a Dios.
Lo demás viene sólo
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Comentarios
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Cita:Entonces, ¿por qué abundan los bebés espirituales cuyo equilibrio se ve amenazado por una mirada rara de Fulanito, o un no-saludo de Menganito? ¿No hemos quedado en que nadie es perfecto? Puede que la mala mirada de Fulanito se deba a un ataque repentino de conjuntivitis, o a que haya dormido mal, o que tenga descomposición o a que, ojo, necesite ayuda- ¿No es triste? Fulanito pasando por algún apuro y yo ofendiéndome por su mala cara. Si no sé leer las señales YO estoy en un apuro.
Cita:Por otra parte, puede que Menganito no me haya visto. ¿No se supone que debemos andar en amor? Y eso, ¿no es pasar por alto las faltas de los demás? Lo más chocante es que algunos de esos bebes llevan, en algunos casos, diez años ó más en el evangelio. ¿En el evangelio? Yo diría que no.
No puedes ESTAR en el evangelio sin que tu vida se vea afectada por la forma de vida que ese evangelio promueve. Es imposible entender el amor de Dios o lo que es lo mismo, entender a Dios- sin que ello te lleve a tratar de imitar su manera de amar.
Cita:Pero si no soy capaz de reconocer el modo en que me ama, (que es incondicional, fiel, invariable) y no siento la imperiosa necesidad de intentar por todos los medios hacer lo mismo con los que me rodean, significa que no estoy adorando a Dios. Al menos no al Dios de la Biblia.
Alto ahí, -dirá alguno- todos reconocemos que Jesús es el Hijo de Dios, y a Él servimos y adoramos.
¿Si? Entonces, ¿por qué en mi ciudad, o en la tuya, hay diseminadas por doquier iglesias que, no es que no hagan nada juntas, no. Es que ni siquiera se hablan?
Cita:¿Qué podemos pensar cuando leemos Juan 17:21?
Cita:No me quiero imaginar lo que se formaría para elegir al pastorguerra civil. Sí, mejor cada cual en su casa.
Cita:cosas que les hagan entender que el cuerpo, desmembrado, no va a ninguna parte. Que el verdadero poder reside en la unidad.
No ignoro el hecho de que cualquier cambio que desee ver, cualquier avance del que quiera formar parte, debe comenzar en mi interior, haciendo honor al compromiso.
Cita:somos muchos los que oramos al Padre para que las obras de los hombres se derrumben, y que las estructuras e ideas arcaicas que en algunos lugares parecen tener tanto predicamento ardan, y se consuman, y desaparezcan.
Cita:Siéntete, para empezar, uno con tu hermano. No importa que piense o actúe de manera diferente a la tuya. Seamos maduros. Ama a todos, incluso a ése que te cae tan mal (primeramente a ése). Recuerda que el amor es una decisión. Jesús murió por ti, pero también por él. Fomenta la unidad teniendo como punto de partida las cosas que os igualan. Por ejemplo, el deseo de agradar a Dios.
Lo demás viene sóloEnviado el 11-Nov-2016 a las 00:52 por Martha23 ¡Visita su Blog!