Si hay algo que testifica de tu fe, es tu vida de oración.

El perseguidor de la Iglesia se había convertido y uno de los primeros en saberlo lo supo así: Hch 9:10-11 Había en Damasco un discípulo por nombre Ananías, y dijo a él en visión el Señor: ¡Ananías! Y él respondió: ¡Heme aquí, Señor! (11) Y el Señor a él: Levántate y ve a la calle llamada la Derecha, y busca en casa de Judas, a Saulo, por nombre tarsense. Porque está orando.

De todas las expresiones que Dios pudo usar para manifestar la nueva condición espiritual de Saulo, Él dijo:"...Porque está orando." Y es que la oración da cuenta de lo que hay en nuestro interior.

1) LA ORACIÓN LIGADA A LA FE

Nuestra vida de oración es un testimonio de nuestra fe y lamentablemente algunos creyentes llevan una pobre vida de oración, entonces... ¿no será esto señal de lo débil de sus convicciones?

Jesús unió ambos conceptos cuando dijo: Luc 18:7-8 ¿Creen ustedes que Dios no defenderá a las personas que él eligió, y que día y noche le piden ayuda? ¿Creen que tardará él en responderles? (8) ¡Claro que no, sino que les responderá de inmediato! Pero cuando yo, el Hijo del hombre, regrese a este mundo, ¿acaso encontraré gente que confíe en Dios?»

La fe o la confianza en Dios está íntimamente ligada a la vida de oración que practiquemos, es directamente proporcional, cuando hay poca confianza hay poca oración y viceversa. Al punto que Jesús pregunta si en el tiempo de su venida habrá gente que tenga fe en Dios, o lo que es lo mismo, si habrá gente que ore a Dios. (Luc 18:1 Jesús les contó una historia a sus discípulos, para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse....)

CONCLUSIÓN
Muchas son las cosas que dan evidencia de tu fe, y entre ellas la vida de oración que tú lleves.

¿Cómo estás en tu práctica de la oración? y si te reconoces falto, detente a pensar si no es por falta de fe en Dios