[FONT="Lucida Sans Unicode"][SIZE="6"][CENTER][COLOR="Yellow"](para ver mejor qué sucede adentro)[/COLOR][/CENTER][/SIZE][/FONT]
Mateo 15:29-39
Enviado el 18-Feb-2011 a las 08:14 por SergioFe
[FONT="Verdana"][I][SIZE="3"][COLOR="Blue"][B]Mateo 15:29-39[/B]
29 Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.
30 Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
32 Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.
33 Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?
34 Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
35 Y mandó a la multitud que se recostase en tierra.
36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.
37 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.
38 Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
39 Entonces, despedida la gente, entró en la barca, y vino a la región de Magdala.
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[FONT="Georgia"][SIZE="3"][COLOR="DarkRed"][I][B]"no sea que desmayen en el camino"[/B]
Nuevamente Jesús realiza una alimentación milagrosa. La multitud que acude a Jesús para llevarle enfermos y escuchar sus palabras, después de estar tres días. Jesús se preocupa en darles un alimento que les sirva para seguir camino, para regresar a su vida cotidiana, después de una jornada de comunión con él.
Como cristianos, la vida cotidiana es un camino agotador. Siempre hay cosas que nos desaniman, nos desvían, provocan reacciones, tentaciones, ataques, engaños, apuros, confusión, etc. Cosas que hacen que toda la claridad que tenemos en un momento especial con Jesús, se desvanezca.
A veces nos parece una pérdida de tiempo o no tenemos voluntad de estar un rato con Jesús para que nos sane, nos enseñe algo y nos de fuerzas para el camino.
Jesús no quiere que desmayemos en el camino. Tiene un especial interés en que haya en nosotros suficientes fuerzas para llegar. El tiempo que invertimos en estar con él es la garantía de nuestra futura victoria, es una necesidad para afrontar cada jornada. Es sabio persistir. Cuando nos presentamos a buscarle, ya está el Señor con todo dispuesto. Hay alimento abundante cerca de él. Hay poder para sanar, hay palabra que guía mis pasos.
Señor, que siempre tenga la sabiduría de buscarte, como ahora, para no desmayar por el camino.[/I][/COLOR][/SIZE][/FONT]
29 Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.
30 Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
32 Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.
33 Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?
34 Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
35 Y mandó a la multitud que se recostase en tierra.
36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.
37 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.
38 Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
39 Entonces, despedida la gente, entró en la barca, y vino a la región de Magdala.
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[FONT="Georgia"][SIZE="3"][COLOR="DarkRed"][I][B]"no sea que desmayen en el camino"[/B]
Nuevamente Jesús realiza una alimentación milagrosa. La multitud que acude a Jesús para llevarle enfermos y escuchar sus palabras, después de estar tres días. Jesús se preocupa en darles un alimento que les sirva para seguir camino, para regresar a su vida cotidiana, después de una jornada de comunión con él.
Como cristianos, la vida cotidiana es un camino agotador. Siempre hay cosas que nos desaniman, nos desvían, provocan reacciones, tentaciones, ataques, engaños, apuros, confusión, etc. Cosas que hacen que toda la claridad que tenemos en un momento especial con Jesús, se desvanezca.
A veces nos parece una pérdida de tiempo o no tenemos voluntad de estar un rato con Jesús para que nos sane, nos enseñe algo y nos de fuerzas para el camino.
Jesús no quiere que desmayemos en el camino. Tiene un especial interés en que haya en nosotros suficientes fuerzas para llegar. El tiempo que invertimos en estar con él es la garantía de nuestra futura victoria, es una necesidad para afrontar cada jornada. Es sabio persistir. Cuando nos presentamos a buscarle, ya está el Señor con todo dispuesto. Hay alimento abundante cerca de él. Hay poder para sanar, hay palabra que guía mis pasos.
Señor, que siempre tenga la sabiduría de buscarte, como ahora, para no desmayar por el camino.[/I][/COLOR][/SIZE][/FONT]
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