El que te presentes en oración delante de Dios en lugar de otro, no es tiempo perdido.
Eran doscientas setenta y seis personas; doscientas setenta y seis historias, realidades, y sueños diferentes, pero todas con un mismo final a la situación en que estaban, y esto gracias a que hubo alguien que supo presentarse por ellos ante Dios. Hch 27:20-25 RV1960 (T) (20) Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda...