Si hay algo que testifica de tu fe, es tu vida de oración.
El perseguidor de la Iglesia se había convertido y uno de los primeros en saberlo lo supo así: Hch 9:10-11 Había en Damasco un discípulo por nombre Ananías, y dijo a él en visión el Señor: ¡Ananías! Y él respondió: ¡Heme aquí, Señor! (11) Y el Señor a él: Levántate y ve a la calle llamada la Derecha, y busca en casa de Judas, a Saulo, por nombre tarsense. Porque está orando.
De todas las expresiones que Dios...