Muchas veces para testificar a otros nos preparamos, leemos y hacemos todo lo necesario. Más sin embargo lo primero que tendríamos que analizar seria nuestro comportamiento, como dijo alguien por allí: predica el Evangelio y sí es necesario usa palabras. En tú hogar, en tú trabajo, en la iglesia, donde quiera que andes, tus actitudes, tu forma de actuar deben dar testimonio de que realmente eres un siervo de Dios. Tú personalidad debería atraer a los demas, aún incluso sin oírte hablar ellos deben...