CIRUGÍA ÉTICA
Enviado el 14-Dec-2011 a las 02:13 por PatriciaNoemi
Etiquetas alfarero, Edosoft, edwardP, gcgiron, lanzadeDios, Mariadelsol, Ramrey55, romualda, SIENNA, souljazz
CIRUGÍA ÉTICA
El culto al cuerpo se está convirtiendo en una de las religiones más exitosas del momento. Nuestros gurús son actores, cantantes y deportistas que nos señalan el camino a seguir.
Para pertenecer a esta élite de gente guapa necesitamos visitar mucho el gimnasio. Pero últimamente la ciencia nos ha concedido un atajo al éxito. Un atajo nada barato pero que ofrece resultados inmediatos.
Si la naturaleza fue escasa con los dones corporales, podemos acudir al supermercado de la imagen y adquirir las medidas de moda. Por eso hoy, donde la imagen prima sobre cualquier otro valor, es cosa frecuente que acudamos al cirujano estético para que nos repare algún aspecto físico de nuestro cuerpo.
Palabras como lifting, liposucción, rinoplastia, entran de lleno en nuestro vocabulario moderno y actualísimo.
Esta fiebre por ser más bello, más esbelto, más moreno, hace tiempo que la padecemos y esta provocando la creación de nuevas empresas que como hongos surgen en nuestras ciudades y cuyo objetivo es procurarnos el ideal de la belleza y de la eterna juventud.
Vivimos en un época en la que la juventud, no es ya un divino tesoro como dijo el poeta, sino que es el único tesoro. Y muchos están dispuestos a invertir en este valor en alza, no importa el precio, ni la cantidad de operaciones que hagan falta.
Todo vale con tal de no perder el paso que marca la moda juvenil. ESTIRAREMOS AL MÁXIMO NUESTRO VIEJO PELLEJO PORQUE LA ARRUGA NO ES BELLA. La vejez se ha convertido en un estigma. Y a los viejos los encerramos en coquetas residencias.
Ser guapo y ser joven es la máxima que se impone en estos tiempos. No importa añadir silicona, extraer grasas, soportar los rayos uva, estirar la piel hasta hacernos sonreír las 24 horas del día.
Por supuesto, la cirugía estética previene complejos indeseables y ciertamente en algunos casos sus resultados son muy loables. Pero lo que aquí se cuestiona es la banalización de la persona cuyo único interés es mejorar el exterior y aparentar algo que no se es. Todos conocemos de ciertos personajes que llegan a ser caricaturas de lo que fueron, muñecos recosidos y remendados.
Lamentablemente vivimos en la cultura de la apariencia. Nuestras cabezas sufren el bombardeo diario de cientos de mensajes que nos dicen que lo bello triunfa. Que una imagen vale mas que mil palabras. Por tanto háganse de una imagen. Transfórmense a la imagen y semejanza de Brad Pitt o Angeline Jolie. Clonen los rasgos y las medidas del famoso de turno. No escatimen en gastos.
Continuamente somos tentados a vender nuestra alma a cambio de una juventud y una belleza eternas, sin fecha de caducidad. Así que muchos seducidos por estos cantos de sirenas se hipotecan hasta las cejas para tener un nuevo look que incluya nuevas cejas. Delirante !!
Y es totalmente cierto que esta humanidad necesita más que nunca antes, una cirugía a fondo. PERO NO UNA CIRUGÍA ESTÉTICA, SINO ÉTICA. Del alma más que del cuerpo. De contenido más que de continente. No necesitamos ser más bellos por fuera, sino por dentro.
No necesitamos siliconas que abulten nuestro cuerpo, sino más generosidad en nuestras vidas. Un gran corazón antes que un gran pecho.
No necesitamos tantas liposucciones que extraigan la grasa, sino más sobriedad en nuestra vida, más solidaridad en nuestro comportamiento y quizás menos complacencias.
No necesitamos una nueva nariz sino un mejor olfato para discernir qué falla en esta sociedad que se resiste a envejecer y que se pelea a muerte con la parca (muerte). Pero la parca es persistente como el cobrador del frac, y viene inoportunamente a cobrar su factura.
Olvidamos que este cuerpo no deja de ser un envoltorio más o menos bello pero un envoltorio al fin y al cabo.
Ignoramos que contenemos un alma enferma que necesita con urgencia un cirujano. Un alma sedienta y solitaria que agoniza lentamente y que no admite remiendos.
La Biblia dice que sobre toda cosa guardada, guardemos nuestro corazón, porque de él mana la vida. Pero nosotros gastamos nuestras fuerzas y nuestro dinero, en el envoltorio.
Jesús vino a sanar nuestra alma enferma para darle vida.
Él no vino a decorarla ni a disfrazarla, sino a transformarla !!
El culto al cuerpo se está convirtiendo en una de las religiones más exitosas del momento. Nuestros gurús son actores, cantantes y deportistas que nos señalan el camino a seguir.
Para pertenecer a esta élite de gente guapa necesitamos visitar mucho el gimnasio. Pero últimamente la ciencia nos ha concedido un atajo al éxito. Un atajo nada barato pero que ofrece resultados inmediatos.
Si la naturaleza fue escasa con los dones corporales, podemos acudir al supermercado de la imagen y adquirir las medidas de moda. Por eso hoy, donde la imagen prima sobre cualquier otro valor, es cosa frecuente que acudamos al cirujano estético para que nos repare algún aspecto físico de nuestro cuerpo.
Palabras como lifting, liposucción, rinoplastia, entran de lleno en nuestro vocabulario moderno y actualísimo.
Esta fiebre por ser más bello, más esbelto, más moreno, hace tiempo que la padecemos y esta provocando la creación de nuevas empresas que como hongos surgen en nuestras ciudades y cuyo objetivo es procurarnos el ideal de la belleza y de la eterna juventud.
Vivimos en un época en la que la juventud, no es ya un divino tesoro como dijo el poeta, sino que es el único tesoro. Y muchos están dispuestos a invertir en este valor en alza, no importa el precio, ni la cantidad de operaciones que hagan falta.
Todo vale con tal de no perder el paso que marca la moda juvenil. ESTIRAREMOS AL MÁXIMO NUESTRO VIEJO PELLEJO PORQUE LA ARRUGA NO ES BELLA. La vejez se ha convertido en un estigma. Y a los viejos los encerramos en coquetas residencias.
Ser guapo y ser joven es la máxima que se impone en estos tiempos. No importa añadir silicona, extraer grasas, soportar los rayos uva, estirar la piel hasta hacernos sonreír las 24 horas del día.
Por supuesto, la cirugía estética previene complejos indeseables y ciertamente en algunos casos sus resultados son muy loables. Pero lo que aquí se cuestiona es la banalización de la persona cuyo único interés es mejorar el exterior y aparentar algo que no se es. Todos conocemos de ciertos personajes que llegan a ser caricaturas de lo que fueron, muñecos recosidos y remendados.
Lamentablemente vivimos en la cultura de la apariencia. Nuestras cabezas sufren el bombardeo diario de cientos de mensajes que nos dicen que lo bello triunfa. Que una imagen vale mas que mil palabras. Por tanto háganse de una imagen. Transfórmense a la imagen y semejanza de Brad Pitt o Angeline Jolie. Clonen los rasgos y las medidas del famoso de turno. No escatimen en gastos.
Continuamente somos tentados a vender nuestra alma a cambio de una juventud y una belleza eternas, sin fecha de caducidad. Así que muchos seducidos por estos cantos de sirenas se hipotecan hasta las cejas para tener un nuevo look que incluya nuevas cejas. Delirante !!
Y es totalmente cierto que esta humanidad necesita más que nunca antes, una cirugía a fondo. PERO NO UNA CIRUGÍA ESTÉTICA, SINO ÉTICA. Del alma más que del cuerpo. De contenido más que de continente. No necesitamos ser más bellos por fuera, sino por dentro.
No necesitamos siliconas que abulten nuestro cuerpo, sino más generosidad en nuestras vidas. Un gran corazón antes que un gran pecho.
No necesitamos tantas liposucciones que extraigan la grasa, sino más sobriedad en nuestra vida, más solidaridad en nuestro comportamiento y quizás menos complacencias.
No necesitamos una nueva nariz sino un mejor olfato para discernir qué falla en esta sociedad que se resiste a envejecer y que se pelea a muerte con la parca (muerte). Pero la parca es persistente como el cobrador del frac, y viene inoportunamente a cobrar su factura.
Olvidamos que este cuerpo no deja de ser un envoltorio más o menos bello pero un envoltorio al fin y al cabo.
Ignoramos que contenemos un alma enferma que necesita con urgencia un cirujano. Un alma sedienta y solitaria que agoniza lentamente y que no admite remiendos.
La Biblia dice que sobre toda cosa guardada, guardemos nuestro corazón, porque de él mana la vida. Pero nosotros gastamos nuestras fuerzas y nuestro dinero, en el envoltorio.
Jesús vino a sanar nuestra alma enferma para darle vida.
Él no vino a decorarla ni a disfrazarla, sino a transformarla !!
Total de comentarios 2
Comentarios
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Esta sociedad se queda con el envoltorio y tira el contenido
Buen articulo felicitaciones!!!Enviado el 17-Dec-2011 a las 22:13 por edwardP ¡Visita su Blog! -
Es lamentable pero tenés razón EdwardP, así esta la gente, pero siempre es bueno llamar a la reflexión, quiero pensar que a álguien le hará bien leer cosas así. Bendiciones !!
Enviado el 27-Dec-2011 a las 22:36 por PatriciaNoemi ¡Visita su Blog!